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jueves, 28 de julio de 2011

Ryger Stone: La espada Fantasma: Cap. I: Vivir en Eudora.

Capítulo I: Vivir en Eudora.

        Disculpen mi mala educación, no me he presentado. Mi nombre es Ryger Stone, y siempre he vivido en este bonito lugar llamado Eudora, bajando la montaña de mármol.
     Visualmente se disfruta mucho estar en mi ciudad, pues justo al pie de la montaña, comienzan las construcciones de casas, y Eudora no es muy grande ni poblado, a lo mucho hay unas 150 casas, y mas abajo hay un muy pequeño mercado.
Probablemente, Eudora no es la ciudad mercantil pero si la intelectual, a unos metros de las tiendas había una grande y basta biblioteca, la única en las tres provincias de Fantacia, (independientemente del palacio Real).
     Vivía con mis 4 hermanos y mi Padre, un señor fuerte y grande dedicado al ganado. Obsesionado con el honor como muestra de haber sido un caballero, y para mi desgracia yo era la oveja negra de la familia, eso significaba un rotundo rechazo de parte de todos los que habitaban en mi casa. Mi papá me consideraba débil y no apto para el trabajo duro o para algún día dar la vida por Fantacia, mis hermanos eran unos brutos, pero les callaba la boca (y en ocasiones a mi padre) cuando el cobrador de impuestos quería abusar de la ignorancia de mi familia, pero como me la pasaba en la biblioteca con un sabio aprendiendo de matemáticas y literatura, le ponía un alto al cobrador. Esos eran los únicos momentos en que yo era héroe, las demás horas del día me trataban como a un tonto.
     Mi rutina diaria era levantarme temprano, correr un poco cerca de la montaña y sacar a pastar a las vacas de nuestra pequeña granja. Luego de unas horas de soledad sobre un tramo de montaña viendo el sol y los pájaros, bajaba para ir a la biblioteca a la séptima hora. Leía un poco sobre aritmética y algo de algebra o rara vez acerca de química pero obviamente lo ultimo no era mi fuerte, mi objetivo era escapar de casa a un lugar de provecho.
     Tomé un empolvado libro con el título “Aritmética media Volumen II”, lo abrí despacio, luego me espanté; una mano gastada y pálida fue puesta en mi hombro, después del susto supe de quien se trataba.
_Buenos días hijo_.
_Buenos días Slu_. Le respondí a un anciano canoso y arrugado, un poco calvo pero sonriente. Era Slu, mi “mentor”, con quien pasaba la mayor parte del día, y no solo aprendía de él, también me aconsejaba en mis asuntos familiares.
_ ¿Porque la cara larga, Ryger?, ¿volviste a discutir con tus “ton-tontos” hermanos?_. Dijo Slu con una cara burlona.
_Me alegra que pienses así de ellos, no los odio, solo siento algo negativo por ellos, y si, otra vez hubieron problemas_. Respondí sonriendo.
_ ¿Cual fue la broma de ahora?, ¿Los zapatos mojados?, ¿La cama con espinas? ¿O tu almuerzo con moscas?_.
_Hoy estropearon mi ropa, tuve que cocerla y ponerle unos parches, pero… tú sabes, la costumbre_.
_Y… ¿Qué piensas hacer al respecto?_.
_Sinceramente… no se, tal vez… esperar a que se caigan de un barranco o algo así_.
_ ¡Tu y tus ideas!_.
_Vamos Slu, sabes que soy fatalista_.
_Y tú que soy un borracho_. Slu soltó una risotada y yo no pude evitar hacer lo mismo al ver su acción, era como un adolescente arrugado, sin duda mi mejor amigo.
_Me gustaría ver como se comportan con una bestia_. Siguió Slu con una ceja levantada y una mirada intrigante.
_ ¿Que quiere decir?_. Pregunté con el libro aun entre manos.
_No se, que quizás mi mascota los visite un día_. Sonrió.
_ ¿Qué?, ¿Su lagarto de montaña?, ¿Aquiles?_. Mi cara emitió un gesto de felicidad.
_El mismo_.
_Pero es enorme, los podría matar_.
_Aquiles está bien entrenado_.
_ ¿Para arrancarles las piernas a mis hermanos?_. Dije sarcásticamente.
_No, pero si lo suficiente para meterles un buen susto_.
_ ¿Cuál es su plan?_.
_Mañana que suban a la montaña a buscar algún animal para cazar soltamos a Aquiles, se lo encontrarán y verán lo cobardes que son, ¿Qué dices?_.
_Muy bien_. Me paré cerrando el libro. _Eso les enseñara, gracias Slu_. El viejo volvió a sonreír y le di una palmada en el hombro.
     Ese día no leí, me fui al rio a ver que pescaba, la plática anterior me puso muy feliz porque por fin, una buena noticia se ponía en mi camino.
     Esos días yo era joven, tenia 17 años, media como 1.78, mi pelo me llegaba a los hombros, y tenía una marca en la espalda en forma de hoja de lila. Me senté en la arena y remojé mis pies en el rio. Todos los días en Eudora eran perfectos, pero éste se veía diferente, un poco más azul y tranquilo, quizá porque nunca mire el cielo de Eudora desde el rio, siempre era desde el techo de mi casa o la montaña.
     Horas después, cuando el sol comenzaba a caer, me dirigí a mi casa, y llevaba conmigo una bolsa con 4 peces grandes y rechonchos, todo iba bien, pero algo me distrajo; un hombre en una carreta yendo a gran velocidad sobre el mercado, se dirigía a una de las 3 puertas de Fantacia. La de Eudora, quedaba a poco menos de un kilometro del mercado de la ciudad, el hombre llevaba prisa, y como mi región era muy tranquila, ver eso me dio curiosidad, y corriendo seguí la carreta, obviamente, intentando no ser visto por el conductor.
     Alrededor de toda Fantacia había una muralla y las tres mencionadas puertas eran las únicas maneras de entrar o salir, había una puerta en cada ciudad, y fuera del reino, había un bosque, que de día era muy bonito, en momentos hasta inspirador, pero de noche, lo único que inspiraba era a mojarse en los pantalones, si, lo se, es grosero, pero estoy siendo realista. Afortunadamente, aun no anochecía.
     Se lo que han de pensar: ¿Qué tengo que andar haciendo en donde no me incumbe?, bueno, si su vida fuera igual de aburrida que la mía, probablemente buscarían experiencias nuevas como yo. En fin, salí de la gran puerta de Eudora y me escondí entre los robles, el conductor ya no iba tan rápido, avanzó un poco más y luego se detuvo, sacó algo de su cabina de equipaje y lo bajó. Cualquier cosa que fuera, estaba envuelta en cuero viejo, parecía que esperaba a alguien, ¡en efecto! Otro varón llegó en su caballo y comenzaron a hablar, yo no oía y me acerqué mas, trataba de no hacer ruido y afinar el oído.
     _Tienes que llevarla al lugar que hablamos, solo así acabará este infierno, ¡Te lo suplico!_. Dijo el hombre de la carreta, me pareció ver que estaba llorando.
_No te preocupes hermano, yo me haré cargo, pronto todo estará bien_. Siguió el segundo hombre, miré al cielo, y me di cuenta de que había anochecido. Los dos hombres subieron a sus vehículos y cabalgaron en mismas direcciones por un camino al Este, pero una niebla los cubrió, después solo escuché unos gritos desgarradores de parte de los hombres y los caballos, luego, la niebla desapareció y solo quedaron los animales tirados en el piso y las carretas, la escena fue aterradora, pero mi curiosidad me llevo a la carreta, los caballos se levantaron y salieron corriendo al Este, volteé hacia atrás y mire un bulto en la tierra, al parecer, era la cosa que el primer hombre le entregó al segundo, preferí no abrir la cubierta de cuero, pero era algo largo.
     Corrí hasta mi casa y puse el paquete entre unos troncos en la parte trasera de mi hogar, la luna resplandecía muy fuerte en el cielo, tenía sueño y un objeto que mostrarle a Slu, pero eso sería en la mañana.
     Al día siguiente, me levanté temprano, quería salir intacto de bromas familiares, me puse mi ropa de trabajo y corrí a la casa de Slu, el anciano ya estaba esperando en su patio con Aquiles amarrado a una correa. El animal era inmenso, grisáceo, cuadrúpedo, escamoso,  y como de cuatro metros de largo.
     _Bueno, ¿estas listo para el desastre?_ Dijo Slu.
_¡seguro!_. Dije.
Luego nos dirigimos a una parte de la montaña donde mis hermanos siempre buscaban animales para cazar, ellos eran muy… predecibles.
     Damián, Dositeo, Medardo y Etelvino, mis hermanos, iban juntos con sus palos y piedras, como unos cavernícolas bien vestidos caminando por la montaña, Slu, Aquiles y yo nos escondimos tras una piedra grande, entonces cuando vimos que las futuras victimas se acercaron, Slu soltó a su bestia.
      _Vamos bonito_. Dijo Slu quitándole la correa a su lagarto, y yo casi me reí, pero me tapé la boca y miré la acción como un infante hiperactivo.
      _Medardo, ¡¿Qué es eso?!_ dijo el mediano.
_ ¡Aléjate bestia!_. Siguió Damián, el mayor, acobardándose, y amenazó a Aquiles con un palo puntiagudo, pero el lagarto se levanto en dos patas y gruño_.
_ ¡CORRAN!_. Gritó Etelvino, el mas chico, (después de mi). Soltaron sus palos y piedras y avanzaron como pudieron. Aquiles también se movió y con una garra, rasgó el pantalón de Dositeo, que al instante cayó al suelo, Aquiles se detuvo. La ropa interior de Dositeo me causó mucha gracia, corriendo por la montaña sosteniéndose la manchada prenda.
     Tal vez fue mi imaginación, pero casi pude ver que Aquiles hiso una mueca que parecía risa.
     _Hijo, hace tanto tiempo que no me divierto tanto_. Dijo Slu tirado en el suelo de risa y pataleando.
_ ¿Cuándo fue la última vez que se divirtió así?_. Pregunté.
_Ayer en la taberna bebiendo y viendo a unos simplones pelearse por un trozo de pan_. El viejo rio intensamente de nuevo, su comentario en vez de darme gracia, detuvo mi risa, miré a Slu seriamente, el me miró intentando aguantar la carcajada, entonces, ya no pude mas y nos reímos juntos otra vez.
     _Con todo respeto Slu, ya esta algo grande para usar ese sarcasmo_. Dije llorando de la risa.
_Nunca se es viejo para hacerte poner esa cara de mono enojado_. Slu imitó el gesto que hice cuando me quede serio, y volvió a reír. No es que yo fuera muy feo para parecer un mono, aunque… mi barba cerrada, mi pelo largo café oscuro y uno que otro detalle, me hacían ver… no como un mono, tal vez como, un bonito perro lampiño.
     De acuerdo, exageré un poco, pero ¡ey!,  eso no era cosa para ponerme mal. Aunque parecía un hombre lobo sin pelo en las mejillas, era guapo, sinceramente.
_Slu, gracias por hacerme pasar otro momento asombroso_. Agradecí solemnemente.
_Por nada, además, una de cal por las que van de arena_.
_Slu, ayer en la noche, salí de la ciudad un poco, de echo, no pasé el valle, y… encontré algo extraño_.
_ ¿Y que es?_.
_No se, esta envuelto en cuero viejo, pero no quise abrirlo, antes, preferiría que usted viera de que se trata_.
_De acuerdo, ¿tienes tiempo para hoy en la tarde?_.
_Si, supongo, ya sabe que no hay nada de provecho en mi casa_.
_Bueno, entonces te veré en la mía_.
_Esta bien_. Terminé la conversación, Slu amarró otra vez a Aquiles y cada quien se fue a su casa.
     En cuanto llegué, estaban todos en una butaca con cara de haber visto un fantasma hablando entre ellos. En eso, papá salió de su cuarto y comenzó a gritar.
_ ¡¿Que pasó aquí?!_.
_Era enorme p-pa-papá_. Tartamudeó Dositeo, el de los pantalones rasgados.
_Si padre, casi nos mata_. Siguió Etelvino.
_A ver, explíquenme bien_. Dijo mi papá, yo trate de pasar desapercibido y entrar a mi habitación, bueno, a la habitación de todos, pero fue inútil.
_ ¡Ryger!, ¡¿tienes algo que ver con esto?!_. Vociferó mi autoridad torciendo el cuello.
_No, y no me interesa_. Dije con indiferencia, entonces mejor salí de la casa. Estaban todos tan sorprendidos, que no se dieron cuenta que no hice mis tareas, así que me dirigí a la granja a alimentar a los animales.
     Y acariciando vacas se me fue el tiempo, hasta que vi el sol en su apogeo, a mediodía regresé a casa a tomar el “objeto” en la parte trasera de mi morada, aun seguía allí, entonces, habiéndola tomado, caminé para la casa de Slu.
     Llamé a la puerta, y enseguida el hombre abrió, entré y el anfitrión me ofreció tomar asiento, había trabajado un buen rato, no tuve ningún problema con aceptar la proposición. Slu preparaba té o algo parecido, luego puso una mesa en el centro de donde estaba sentado, su casa era sofisticada, pero no había muchas riquezas en ella.
     _Entonces, ¿Qué me querías mostrar, muchacho?_. Preguntó el canoso hombre.
_Esto_. Levanté el paquete de cuero y lo puse sobre la mesa, no lo había notado, pero, el cuero era grueso, y en gran cantidad, era… extraño.
_Bueno, esto si es mas interesante que ver a dos simplones pelear_. Dijo Slu respirando hondo, y exhaló, tuvo la delicadeza de ponerse una especie de guantes, luego, sacó una navaja, y despacio, cortó el paquete de cuero.
     Nos tomó poco tiempo averiguar que era. Slu retiró toda la envoltura, y tras un sonido metálico, yacía una espada brillante y de razonable tamaño, con un diseño muy interesante en la mesa de madera.
     Parecía que la espada era de plata, y una muy fina, tanto que lucia como cristal, uno podía ver claramente su reflejo en tal herramienta, el filo era asombrosamente agudo y tenia unas marcas, por ultimo, la empuñadura tenía forma de serpiente, bajo la cola del animal estaba tallada una leyenda que decía:
“¿Como te miras ante tus Ojos?”
Para mi Amada Discordia y mi Traidor amigo Ogpel. EFE.
Yo quede muy desconcertado al ver eso tan de cerca, mis ojos se llenaron de un sentimiento muy profundo, como un deseo al verla; estaba siendo tentado. Fue tanta mi curiosidad, que decidí tocar la espada. En ese momento, sentí un escalofrío y preferí alejarme.
     _ ¿Que opina acerca de la espada?_. Pregunté.
_Esta es, sin duda, la mejor pieza de guerra que jamás haya visto, ¡¿Dónde la encontraste?!_. Slu me asustó, jamás se ponía así de tenso.
_Muchacho, ¡CONTESTA! ¡¿Dónde la encontraste?!_. Gritó el anciano.
_Un viajero la dejó en el camino, eso es todo, quise devolverle el paquete pero llevaba mucha prisa_. Mentí en ese momento.
_ ¡¿Estas seguro muchacho?!_.
_Totalmente_. Hubo una silenciosa pausa después de ser estrujado por el dueño de la casa, eso sin duda era alarmante.
_De acuerdo, te creo, pero tendrás que dejar aquí la espada hasta que te pueda decir de qué se trata exactamente_.
_Por mi esta bien, iré al rio a pescar_. Y entonces me retiré de la morada de Slu lentamente y con la cabeza abajo. Sabía que había hecho cosas malas desde que encontré la espada: Fui irresponsable y rebelde al no obedecer a mi padre con mis labores diarias en la mañana, mentí sobre lo que había pasado con mis hermanos, y volví a mentir con mi mejor amigo, acerca de cómo conseguí la espada. Me sentía sucio de alguna manera.
_Un baño es lo que necesito_. Pensé siendo optimista.
     Llevé mi ropa al rio y una  navaja, esta vez quería afeitarme (y dejar de parecer un hombre lobo). La gente pobre en ese tiempo no tenía los recursos para limpiarse en una bañera, el baño público era muy sucio y no tenia nada de privacidad,  El rio era, sin duda, la mejor opción.
     Me relajé y bañe tranquilamente, me vestí rápido para que la gente que pudiera pasar no mirara mi desnudez, pero, al afeitarme, viéndome en el reflejo del agua, noté que mi cara lucía deformada, cerré mis ojos y los volví a abrir, mi reflejo estaba normal, suspiré de alivio y me cerré un ojo a mi mismo por vanidad. Ya no parecía un mono enojado, luego el sol comenzó a esconderse.
     _ ¡Ryger! ¡Ryger, muchacho!_. Volteé para atrás y vi corriendo a Slu hacia mi tan pronto como sus articulaciones le permitían.
_ ¿Qué sucede? ¿Es algo malo o algo bueno?_. Pregunté.
_Será mejor que lo averigüemos juntos_.
_Por ahora, ¿Qué supiste de la espada?_.
_Lo único que encontré leyendo hacía referencia a otro libro, hoy buscaremos en la biblioteca subterránea; a ver que encontramos_. Terminó Slu. Me levanté de donde estaba, justo en el borde del suelo, a punto de tocar el rio. En eso, no lo pude mirar bien, pero una silueta en forma de lazo se formó desde el agua del rio, fracciones de segundo después, sentí que me apretaba por el cuello, luego que me ahogaba en el rio. Intentaba zafarme, pero era imposible, mis dedos traspasaban el agua, pero no la cortaban. Como ya era de noche, no veía nada, solo burbujas de mi propia respiración, cuando presentí que iba a ser mi último momento miré entre las burbujas, y una cara oscura, con ojos rojos como rubí me observaba atentamente, entonces, por lo terrorífico de la imagen, y la falta de oxígeno, perdí el sentido.

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